Entrenar para sanar: el entrenamiento como terapia
- ARI GOMEZ
- 28 jul
- 3 Min. de lectura
Hay momentos en la vida en donde la más mínima acción parece un maratón absoluto, en donde no nos queda más que recargarnos en nuestra fuerza física para poder sobrellevar todo, también en recordarnos ser gentiles con nosotros mismos, tenernos paciencia y sobretodo: rescatar la mayor cantidad de aprendizajes que nos está mostrando la situación que estamos viviendo.
Justo en esos momentos, cuando todo pesa más de lo normal, mover el cuerpo puede ser una de las formas más poderosas de empezar a sanar.
He pasado por momentos muy muy complicados y tristes pero como siempre les digo a quienes entrenan conmigo: para mi entre más difícil se vea la situación es cuando más necesito entrenar, cuando más necesito esa fuerza física que me de la fortaleza mental y emocional para transitar el proceso que estoy viviendo.
En este post te voy a compartir mis tips más valiosos para nunca soltarte. No vas a encontrar frases motivacionales vacías: “tú puedes con todo”. Aquí quiero contarte cómo el entrenamiento, incluso en su forma más suave o mínima, puede ayudarte a reconectar contigo, liberar emociones atrapadas y recordarte que sigues aquí, más fuerte de lo que crees.

Ve el entrenamiento como una válvula de escape
Todo lo negativo relacionado con el entrenamiento y la comida están relacionados con la perspectiva y las creencias. Si tu crees que debes moverte para no fallar, para quemar lo que te comiste, por culpa, etc. estás viéndolo de la manera equivocada, sobretodo si estás pasando por un momento retador emocionalmente.
No se trata de irnos al extremo: de moverte por culpa ni tampoco de no hacer absolutamente nada ya que ninguna de las 2 maneras te va a llevar a un lugar de paz.
Se trata de estar en el punto medio, de pensar el movimiento como esos 15, 20, 60 minutos o el tiempo que tengas como un momento donde te vas a apartar de la situación para conectar con tu salud, despejar un rato tu mente y liberar la tensión.
Si ya estás siguiendo un plan de entrenamiento, puedes adecuarlo según tu estado de ánimo, por ahora se vale no estarlo siguiendo al pie de la letra si es que eso te causa tensión, si hay días en los que de plano la pila no te da, está bien descansar completamente o hacer alguna actividad que nada tenga que ver con movimiento pero que te haga relajarte.
Recordar que el movimiento es parte de tu salud física
Entre más saludable estés, mejor vas a poder transitar cualquier proceso. Es normal que nuestras defensas bajen cuando estamos pasando por momentos difíciles, por eso es cuando más debemos ayudar a nuestro cuerpo a funcionar de la mejor manera si no queremos estarnos enfermando enmedio de la crisis.
Hacer actividades en grupo o individual, según lo necesites
También se vale explorar nuevas cosas acorde a lo que tu mente y tu cuerpo te estén pidiendo. Si normalmente haces cosas en grupo y por ahora necesitas un espacio contigo mismo, se vale tomar ese espacio moviéndote a tu propio ritmo, horario, lugar, etc. para sentirte mejor.
Si por el contrario, tu entrenamiento lo haces de manera individual y por ahora sientes que te ayudaría estar con gente, cambia de aires, de actividad o incluye algo nuevo que se complemente con lo que haces para que esto te ayude a transitar más fácil el proceso.
Haz un esfuerzo por traerte a lo que te hace bien
Una de las frases que más escucho cuando alguien está pasando por un mal momento es: no tengo cabeza para hacer las cosas. Y está bien si hay días en donde respirar y hacer tus actividades básicas es más que suficiente pero parte de tener inteligencia emocional es hacer esa pausa donde te recuerdes las cosas que te hacen bien, lo que estás construyendo, tus sueños, tus metas, etc. y te conectes a eso ya que si los sueltas, te estás soltando a ti misma, a tu salud. Poco a poco vete mostrando la luz en el camino y verás que cualquier proceso por más difícil que parezca te hará salir victorioso y mucho más fuerte!
Deseo que este post haya sido una lucecita, un shot de energía y una sacudida amigable para recordarte que nada sucede por casualidad, de todo podemos aprender, las situaciones negativas son las que más nos hacen crecer si así lo decidimos.
¿Conoces a alguien que esté pasando por una situación difícil? Compártele este post.